Dic 092015
 

Carolina Cal1449698561378vo Garcia 

«Que bien lo contáis y que buenos sois !!!
La demagogia os sale por los poros a costa de quien peor lo pasa! Es vuestro estilo inconfundible
Junto con el tono inquisitivo y dictatorial !!!
Pero para ser la «hermana Teresa de Calcuta » deberías llevarte a ese sr a tu casa y darle todo lo tuyo!!!
Que fácil es criticar sin saber, entérate que a las personas no se las coge, se las lleva ni maneja,
Ese Sr es adulto y 
Con una dependencia…una situación de calle es un caso de máxima complejidad RESPETA UN POQUITO!!!
Vuestro 15m esta acostumbrado a colar los casos que se encuentra, ante todos las demás personas que van a Servicios Sociales y a publicar que les ha ayudado, lo ponen en prensa, este aquí ….criticando a Servicios Sociales y a entidades Benéficas que no publican a las MILES de familias que ayudan al año de forma profesional y coordinada…

Y no entró más porque la verborrea que usáis me da náuseas ya que me produce total respetó cada persona vulnerable.»

 Aquí os dejamos la crónica que provocó la respuesta de nuestra concejala

CRÓNICA DE LA VERGÜENZA

”Buenos días (le decimos a la persona que nos atiende en la entrada de servicios sociales), hemos visto a un señor que duerme en el cajero del BBVA de la plaza del pueblo,aquí al ladito. Sabemos que no come todos los días y queríamos saber qué se puede hacer, hace mucho frío para dormir en la calle.”

Todo comenzó ayer por la noche. Eran más de las once cuando una compañera del 15M, vió un indigente durmiendo en el cajero del BBVA y no pudo mirar para otro lado. Le llevó un abrigo y desencadenó una ola de indignación en los demás compañer@s de esta humilde asamblea popular, nacida al calor de un mayo cualquiera. A partir de whatsapp, se le procuró a nuestro amigo Antonio un delicioso plato de lentejas, una cálida manta zamorana, algo de fruta y sobre todo unos minutos de compañía. Hasta fue a verle ¡Papá Noel!. Antonio sólo sabía decir: “cuando pueda, os ayudaré”.

 Todo esto sucedió el 7 de diciembre del 2015, puente de la Constitución. La persona del mostrador de Servicios Sociales nos informa de que tendría que verle un trabajador social, pero allí no había ninguno ese día; ni lo habría esa tarde, ni en todo el puente, nadie de guardia, nada. En el puente de la Constitución uno no puede quedarse en la calle, que no es momento. Vamos, que si tienes problemas te los tienes que acomodar a los días laborales y que no haya puente claro, ¡Cómo necesites de los Servicios Sociales en Navidades, vas listo!.

 Así que cómo no había respuestas para nosotros vino otra persona, que aunque no era su competencia nos atendió. “No hay nada para los sin techo” , aseguró categóricamente. Servicios Sociales no tiene medios para garantizar que una persona sin techo tenga un sitio donde dormir y no pase frío o que coma cada día. “Nosotros le derivamos al comedor de San José”, nos dijo.

Pero…. ¿realmente asegura el ayuntamiento de nuestro pueblo a través del comedor social de la parroquia de San José qué todo el mundo pueda comer?…. Sabemos de primera mano que esto no es así. Tenemos la triste y desagradable experiencia de la expulsión de una familia por quejarse dela comida.

Pero hoy, no había lugar…… ESTABA CERRADO Y MAÑANA TAMBIÉN LO ESTARÁ. Es decir, nadie podrá garantizar a nuestro amigo Antonio que vaya a comer en los próximos días. Desde el ayuntamiento no da este servicio bajo el argumento de que hay entidades caritativas que cumplen esta función, pero el ayuntamiento no controla ni vigila que esto se cumpla. Y si vemos a alguien en estas condiciones, mejor que miremos para otro lado. Porque dependes del funcionamiento de una entidad privada y de la arbitrariedad del párroco de turno.

Alguno pensará, ¡pues que vaya a Cáritas o Cruz Roja!. Desgraciadamente Antonio no tiene dónde cocer unos macarrones, cocinar unos garbanzos o calentar una sopa.

Alguien nos puede explicar para qué sirven los servicios sociales? Es bochornoso que un ayuntamiento como el de Colmenar Viejo, que presume de superávit, no pueda garantizar mínimamente techo o comida a sus vecinos.

“Entonces este señor no comerá ni cenará y dormirá en la calle hasta el miércoles”, le decimos. Ah, pues llamad al Samur Social. !Bingo!. Pero el Samur Social no viene a Colmenar. Así que esta persona debería bajar a Madrid, no sabemos muy bien cómo, y pasar allí el invierno, que allí le aseguran comida y techo, y en Colmenar no.

Es decir, esta persona debe salir de su municipio e irse a vivir a Madrid (al menos durante el invierno), porque Colmenar no cubre las necesidades mínimas de sus vecinos.

“Entonces qué hacéis aquí?”, preguntamos; “Seguimiento”, nos dice; “para qué vale un seguimiento si no le podéis garantizar comida y techo?”, insistimos; “No hay recursos para los sin techo”, concluye.

No. No hay humanidad. No hay corazón. No hay voluntad. Sólo las frías paredes de una institución sin alma. Y mientras tanto…los recursos se esfuman al margen de lo más necesario. De lo imprescindible. De lo fundamental. De los derechos humanos. De esa tan esgrimida Constitución que en su artículo 47 dice que las instituciones procuraran una vivienda digna. Un derecho sin el que es imposible empezar de nuevo.

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